
Las mujeres tenemos una necesidad inherente de controlarlo todo. Es algo que llevamos dentro y no nos resulta fácil obviar.
Si esto te suena, sigue leyendo porque estoy segura de que esto te va a interesar.
No tengo una explicación científica, pero es como si las mujeres tuviéramos desarrollado un instinto especial para estar alerta con las cosas que pueden implicar peligro, a la vez que estamos pendientes de organizar nuestra casa, nuestra familia, nuestro trabajo y todo lo que sea gestionable y ordenable.
Pero es verdad que, aunque queramos, aunque nuestro deseo sea tener todo bajo control, a veces es imposible. Y lo peor, a veces ese sobre control se nos va de las manos.
Por dos razones.
Una persona controladora a veces es molesta para los demás. No deja de estar encima y de restar libertad. No deja al otro hacer de una forma que no sea la suya. De algún modo está menospreciando al otro entendiendo que no lo va a hacer bien. Al menos no tan bien como una quiere.
Y eso resulta molesto, cargante y frustrante.
Pero, además, para una misma, querer controlarlo todo es agotador. Te mantiene constantemente alerta. Te carga con un montón de responsabilidades. Te quita tiempo para ti porque estás pendiente de todo a tu alrededor.
Entonces, ¿qué puedes hacer para reducir esa necesidad de control?
Buscar un equilibrio entre lo que impensablemente no puedes dejar de controlar porque es algo muy tuyo que nadie más puede hacer por ti, pero tener mente abierta para dejar algunas cosas en manos de otros o simplemente que fluyan como tenga que ser.
La necesidad de control muchas veces nace del temor a que algo salga mal. Lo quieres tener atado para que no ocurra algo que no desearías. Pero es que es posible que realmente no ocurra eso que no te gustaría.
Es más, probablemente, aunque ocurriera eso que no quieres, seguramente supondría un aprendizaje para ti.
Piensa si no te compensa “correr el riesgo” de que esa cuestión termine como no desearías frente a todo el ruido mental que te supone y el tiempo que te está quitando.
In a professional context it often happens that private or corporate clients corder a publication to be made and presented with the actual content still not being ready. Think of a news blog that’s filled with content hourly on the day of going live. However, reviewers tend to be distracted by comprehensible content, say, a random text copied from a newspaper or the internet. There are many variations of passages of Lorem Ipsum available, but the majority have suffered alteration in some form, by injected humour, or randomised words which don’t look even slightly believable. If you are going to use a passage of Lorem Ipsum, you need to be sure there isn’t anything embarrassing hidden in the middle of text.
In a professional context it often happens that private or corporate clients corder a publication to be made and presented with the actual content still not being ready. Think of a news blog that’s filled with content hourly on the day of going live. However, reviewers tend to be distracted by comprehensible content, say, a random text copied from a newspaper or the internet. There are many variations of passages of Lorem Ipsum available, but the majority have suffered alteration in some form, by injected humour, or randomised words which don’t look even slightly believable. If you are going to use a passage of Lorem Ipsum, you need to be sure there isn’t anything embarrassing hidden in the middle of text.